una cafre venía bajando la cuesta de mi calle dándole sopletazos a quien parecía ser su pareja. lo ví todo desde mi balcón [ay, ¡como lo voy a extrañar cuando me vaya!]. él le decía que estaba encuerná y ella se prendía más. llegaron a la guagua que estaba estacionada frente a mi casa y con un despilfarre de insultos captaron un poco más mi atención. entre los "¡hijodeputa!" y "¡cabrón!", ella le doblaba la antena del carro y le dañaba la pintura del bonete. de vez en cuando le daba unos cuantos bimbazos en la cara y en la espalda. no podía hacer más nada que reirme. dos tipos echados de brazos que bajaron la calle pasaron por el lado de la pareja y uno de ellos; que parecía estar más borracho y empericao que el otro, se despegó para defender a la mujer. al pobre tipo ya le estaban arrancando el cover de la goma de atrás e inavitablemente tuvo que perseguirla y pués, le hizo un "táte quietaaaa" que la puso mansita y a lloriquiar. ella prosiguió a, obivamente, hacerse la víctima.
llegaron los guardias y ella seguía gritándole.
- ¡abusador! ¡dame ahora con ellos alfrente!
- yo no te he tocao'.
- habla o te vas a joder.
- que me arresten, que no te hice na'.
- ¡cabrón, di la verdaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaa!
la verda es que las mujeres son unas aprovechás.
ella llevaba un boustier negro ajustado, con la mitad de las masas estomacales por fuera y tenía lo que me parecieron ser extensiones. tenía acento dominicano. después le estaba diciendo a los policías que ella sólo bebía y fumaba pasto, pero que el se metía perico. los veo la semana que viene bajando esa cuesta una vez más.
rio piedras a las tres de la madrugada de un sábado puede ser triste, pero entretenido. llegaron doce policías más y el tipo que había bajado de brazos con el otro le pedía algo de fumar a los guardias. todos se fueron.
ni cinco minutos han pasado y ya escucho otra pelea bajando por la cuesta.
true story, i swear.
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