Monday, July 13, 2009

la niña que no durmió en 1924

ese sentimiento de engaño es bastante inconfundible [como el olor de cejas quemadas]. no me sorprendes en lo absoluto. sólo necesito unos cuantos minutos de mirarme en el espejo, y todo estará mejor. reconozco mis varias faltas, pero recuerda que no tengo la visión perfecta. uso espejuelos desde primer grado. no pasa nada, aunque a veces quisiera aprender a no dormir para estar a la par.

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la cantidad de objetos que la gente considera basura en estas urbanizaciones de rio piedras y hato rey es inmesurable. para nosotros son tesoros góticos que brillarán en las esquinas del recibidor, junto con los fósiles y demás estructuras óseas, o algo similar a huesos. para este domingo: un espejo, otro mueble con cristales y agarraderas de hospital, un canvas por artista desconocido, certificado enmarcado de la junta de farmacéuticos (1943), sujetador de plantas y varios tiestos plásticos, una hamaca que cuelga del techo y el dichoso cenicero marrón. mi carro es el recojedor de las cosas que nadie quiere. mi casa es el albergue donde le damos vida y donde los gatos lo destruyen todo.

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quisiera cambiar de profesión. ¿existe manera de dedicarme totalmente a proveer ideas, sin tener que llevarlas a cabo? ser una máquina de ideas y que otros las fabriquen, planificar fiestas, diseñar prototipos, solucionar problemas, inventarme nombres, y cosas, y negocios, e historias...

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igual que Brüno seré famosa algún dia, burlándome de su total estupidez.

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