estoy en norteamérica nuevamente, atreviéndome en cincuenta grados. olvidé traer un libro, pero mi teléfono me brinda compañía auque no he hablado con nadie. no tengo ninguna responsabilidad aquí y aún así me muero por regresar a casa.
el jueves mi papá llamó aguantando en su mano boletos repentinos para unas vacaciones de fin de semana en la sabana de georgia (sin leones, girafas o zebras). llevo estos dias preguntándome por qué. creo que mi papá quiere recuperar tiempo perdido, aunque no sé si es posible condensar veinticinco años en cuatro dias.
la arquitectura es magnífica; encuentro los ladrillos un tanto sensuales. visité el parque donde forrest gump contaba su vida mientras esperaba la guagua y un cementerio que seguramente desaparecerá la próxima vez que el piso se convierta en hielo.
me veo constantemente con los ojos llenos de lágrimas por las cosas más estúpidas, como cuando veo dos personas abrazándose luego de correr un maratón o cuando veo una hoja caer. simplemente me siento sola y todos tienen razón cuando me dicen que si no cambio de parecer en cuanto a mis opiniones sobre la vida, las circunstancias permanecerán iguales sin importar el lugar donde esté.
Monday, February 08, 2010
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