festival de no se que

no puedo empezar ni de pensar cuál fue mi parte favorita de todo. puede fácilmente haber sido todo. la pendejé siguió in crescendo hasta que mi cuerpo no aguantó más y sencillamente... se desplomó. se sigue desplomando.

el combete vodka baratex, el avión y la barca, el caminito de plantas que aún no llegan a ser tan grandiosas (pero lo serán), las entradas falsas, la silla en la piscina y el magnífico casi en pelotas. quedarme dormida sin darme cuenta y todo el mundo cayendo poco a poco en las mismas. no me acuerdo del número del cuarto de hotel. pura camaradería.

$10 whiskey, $3 pizza, mucho rock nada indie, la felicidad en su pureza, superaquello con ojos llorosos, ser ninja, best seats in the house, el discjokeo de aquél dude que no recuerdo su nombre pero fácilmente me casaría mañana sin necesitar que me lo diga de nuevo, sentirme como si estuviera muerta, finalmente morir. fiesta loca en isabela y quejarme hasta que nos fuimos.

dolor de barriga, dolor de cabeza, garganta inundada, oidos tapados, dolor de huesos. ¿qué me falta? puedo dormir por todo el resto de mi vida.